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RODRÍGUEZ CALVACHE et al.
biológicas que habitan en este tipo de ecosistemas
(Acosta et al., 2020; Zhang, et al., 2022). Pueden
usarse para medir el grado de degradación para
comprender las relaciones entre la urbanización, la
capacidad de almacenamiento y de regulación de la
red fluvial (Lei et al., 2022).
Los macroinvertebrados acuáticos, son esenciales
específicamente en ecosistemas de agua dulce por
funciones como la retención y descomposición de
materia orgánica, el procesamiento de energía en
diferentes niveles tróficos y el reciclaje de nutrientes y
minerales (Al et al., 2022). Debido a su importancia y a
su sensibilidad a la alteración del hábitat, la
contaminación y los cambios provocados por
actividades humanas, los macroinvertebrados
acuáticos son indicadores clave de la salud y
estabilidad de estos ecosistemas (Erasmus et al.,
2021; Gál et al., 2019) . Por ello , lo s
macroinvertebrados acuáticos se utilizan
extensamente en el monitoreo de la calidad ecológica
de los ecosistemas acuáticos (Dirisu & El Surtasi,
2021). Los biomonitoreos que se emplean con estos
organismos permiten evaluar la variación de la calidad
ecológica a lo largo del tiempo (Rosado et al., 2017).
Los ecosistemas lóticos altoandinos albergan una
gran biodiversidad, influenciada por factores como la
altitud, las características geológicas, las condiciones
climáticas y los cambios fisicoquímicos en el agua
(Meneses Campo et al., 2019). La interacción de estos
factores define la diversidad y abundancia de los
organismos acuáticos, lo que, a su vez, determina la
salud y la funcionalidad ecológica de los ríos. (Baker &
Greenfield, 2019). Sin embargo, en las últimas
décadas, ha aumentado la población humana y la
urbanización, y con ello la contaminación, como las
aguas servidas (domésticas e industriales), lo que
contribuye principalmente a la degradación de los ríos
(Acosta et al., 2020). Tornando a los ríos con
tonalidades oscuras, olores desagradables, alta carga
de materia orgánica que los lleva a presentar una mala
calidad ecológica, afectando considerablemente las
funciones ecológicas del sistema, convirtiéndose en
receptores de contaminantes, nutrientes y materia
orgánica (Acosta et al., 2020; Chen et al., 2022; De
Carvalho et al., 2021; Zhang, et al., 2022).
Además de los componentes bióticos de los
sistemas acuáticos, como los macroinvertebrados, los
servicios ecosistémicos (SE) son cruciales para una
evaluación completa de la calidad ecológica. Los SE,
son los productos que ofrecen los ecosistemas
beneficiando a su entorno y al ser humano directa o
indirectamente (Qiu et al., 2022), se clasifican en
servicios de aprovisionamiento, apoyo, regulación y
culturales, dentro de estos se encuentran la
producción de alimentos, hábitats para la
biodiversidad, retención de sedimentos, el suministro
de agua y la regulación del clima (Benites, 2007). Se
han denominado SE urbanos si se encuentran en
zonas urbanas y periurbanas, teniendo en cuenta que
los proveen bosques, humedales, parques, lagos, ríos,
zonas verdes en las calles y techos verdes (Gopal,
2016), por ende, su importancia radica en la mitigación
de los impactos ambientales y las presiones por el
cambio climático, que afectan a las poblaciones
dependientes de estos con el fin de mantener ciudades
habitables y sostenibles (Lourdes et al., 2022). Estos
servicios desempeñan un papel crucial en el bienestar
humano al proporcionar productos naturales, ofrecer
experiencias culturales vinculadas a los paisajes
ecológicos, regular los flujos de materiales y energía,
lo que contribuye a mitigar diferentes tipos de
desastres naturales, entre otros beneficios (Zhai et al.,
2023).
La degradación de los ecosistemas por
urbanización, se han evidenciado ampliamente por
causa de acciones como obras civiles en las cuencas
para la producción de energía, extracción de agua, el
riego y la navegación, evitando desbordamientos y
deslizamientos (Stoffers et al., 2022). En Colombia, en
el departamento de Boyacá nace El río Jordán que
junto al llamado río la Vega (Farfaca en lengua Muisca)
dan nacimiento al río Chicamocha en la ciudad de
Tunja, el primero, ha sido modificado en los últimos 60
años y se ha transformado varias veces por las
diferentes inundaciones que ocurren en época de altas
precipitaciones (Perico et al., 2019). Por lo anterior,
para este artículo evaluamos la calidad ecológica y los
servicios ecosistémicos de la subcuenca del río
Jordán. Determinamos los impactos ambientales
mediante variables físicas y químicas, estimamos la
calidad ecológica a través de macroinvertebrados
acuáticos y el índice ABI, y establecimos el grado de
identificación y priorización de los servicios
ecosistémicos según la población rural y urbana del
municipio de Tunja relacionados con dicho
ecosistema.
MATERIALES Y MÉTODOS
ÁREA DE ESTUDIO
La zona de estudio corresponde a la subcuenca del
río Jordán y nace al suroriente del municipio de Tunja,
perteneciente a la red hidrológica de la cuenca alta del
río Chicamocha. Esta subcuenca cuenta con una
longitud de 47.72 km, con un área de 31.800 hectáreas
(Perico et al., 2019). Se tomaron tres tramos de
muestreo de 20 m lineales en sección longitudinal al
cauce en cada uno, el primero se encuentra ubicado
cerca al nacimiento del Río Jordán en la vereda Runta
abajo (5º28' N y 73º23' W con una altitud de 2872 m. s.
n. m), el segundo tramo se ubica dentro la ciudad de
Tunja en el barrio Villa Bachue (5,3°1' N y 73°21' W con
una altitud de 2792 m. s. n. m) y el tercer tramo se
encuentra ubicado después de la unión con el río la
Vega formando el comienzo del río Chicamocha entre
el barrio los Muiscas y C.C. Green Hills (5º34' N 73º19'
W con una altitud de 2704 m. s. n. m) (Fig. 1).
Bol. Soc. Zool. Uruguay (2ª época). 2024. ISSN 2393-6940Vol. 33 (2): e33.2.1