Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, 2025
Vol. 34 (1):
ISSN 2393-6940
https://journal.szu.org.uy
e34.1.2
DOI: https://doi.org/10.26462/34.1.2
Declaración de igualdad en autorías
Las autoras de esta reseña han contribuido de
manera equitativa en la recopilación de información,
discusión y redacción. La autoría compartida refleja un
esfuerzo colaborativo sin jerarquías, donde cada con-
tribución fue esencial para el desarrollo de la reseña.
Voces que transforman
La zoología ha sido históricamente una disciplina
dominada por voces masculinas, donde las contribu-
ciones de las mujeres a menudo quedaban invisibiliza-
das. Sin embargo, en las últimas décadas, hemos sido
testigos de un cambio significativo en la representa-
ción de las mujeres en este campo, desafiando este-
reotipos, ganando visibilidad y abriendo rutas innova-
doras en la investigación y la exploración científica,
incorporando metodologías novedosas y perspectivas
frescas.
Esta reseña reúne la visión y sentires de mujeres
que han moldeado su camino en diversas ramas de la
zoología. A través de entrevistas a zoólogas y nuestros
aportes, discutimos las características que esta disci-
plina tiene hoy en día, reflexionamos sobre los desa-
fíos para las mujeres en la carrera científica en general
y en la zoología en particular, así como las oportunida-
des y cambios emergentes. A través de nuestras
voces, buscamos inspirar futuras generaciones a
seguir contribuyendo al vasto campo de la zoología,
derribando barreras y expandiendo el conocimiento
sobre el mundo natural que nos rodea.
Nuestros desafíos
A lo largo de nuestras carreras en zoología, hemos
enfrentado desafíos que, lejos de desalentarnos, han
fortalecido nuestras convicciones. Uno de los principa-
les obstáculos ha sido la dificultad para la consolida-
ción laboral y obtención de financiamiento, retos que se
ven agravados por la escasa representación femenina
en los roles de liderazgo científico. Esta falta de repre-
sentación no solo limita el acceso a recursos y/o cargos
-problemática que afecta tanto a hombres como a muje-
res-, sino que también perpetúa estereotipos que sub-
estiman nuestras capacidades. En la misma línea,
nuestras opiniones a veces no son tomadas en cuenta,
o, cómo otros adoptan nuestras propuestas sin el reco-
nocimiento debido, anulando nuestra contribución.
La escasez de orientadores/as o referentes en
nuestras áreas de interés ha hecho que, muchas
veces, sintiéramos que navegábamos en solitario,
enfrentando la investigación sin una guía clara. De
alguna manera, esto promovió la necesidad de innovar
en enfoques y metodologías. Además, nos enfrenta-
mos al desafío de recibir evaluaciones por parte de
pares que, en ocasiones, carecen de conocimiento
profundo sobre nuestras temáticas. Lejos de desani-
marnos, esta carencia nos impulsó a convertirnos en
nuestras propias referentes, desarrollando un sentido
de autonomía que nos ha permitido abrir caminos para
las futuras generaciones que buscan un lugar en la
zoología. En otros casos, hemos tenido la fortuna de
cruzarnos con grandes referentes en el camino, y de
trabajar en ambientes donde, en su mayoría, se pro-
mueve la equidad de género.
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RESEÑA
VOCES DE MUJERES EN EL DESARROLLO DE LA ZOOLOGÍA MODERNA: DESAFÍOS,
OPORTUNIDADES Y PERSPECTIVAS
1 2,4 3 4
Alexandra Cravino-Mol , Carolina Rojas-Buffet , Nadia Bou y Mariana C. Trillo *
1 Grupo Biodiversidad y Ecología de la Conservación, Facultad de Ciencias, UdelaR.
2 Sección Entomología, Facultad de Ciencias, UdelaR.
3 Departamento de Biodiversidad y Genética, Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, MEC.
4 Departamento de Ecología y Biología Evolutiva, Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable,
MEC.
*Autora para correspondencia: mariana.c.trillo@gmail.com
.
2
CRAVINO-MOL et al.
Para quienes realizamos relevamientos en campo,
ha significado abrir un nuevo terreno históricamente
dominado por hombres, donde aún persiste el precon-
cepto de que ciertas tareas físicas son más difíciles
para una mujer. La zoología a menudo implica enfren-
tar condiciones adversas, desde fríos extremos hasta
calores sofocantes, pasando por largas y exhaustivas
jornadas que requieren el uso de herramientas pesa-
das, como redes de enmalle, instalar trampas, remar y
maniobrar embarcaciones, o trabajar en áreas de difícil
acceso. Aunque estas actividades implican un esfuer-
zo considerable, son las que muchas de nosotras más
disfrutamos y en las que sentimos una profunda cone-
xión con nuestro trabajo. Aún hoy en día, sigue siendo
un desafío realizar ciertas tareas en el campo siendo
sólo mujeres, debido al riesgo de violencia relacionado
con el posible trato hacia “mujeres solas" o por la per-
cepción de que es peligroso hacerlo sin la compañía de
un hombre. Suele ocurrir que nuestra autoridad sea
frecuentemente cuestionada y el respeto como líderes
tengamos que ganárnoslo. Aunque estas actitudes
rara vez son malintencionadas, reflejan un estigma
que debemos desafiar y transformar en el ámbito cien-
tífico y en la sociedad.
A esto se suman los prejuicios persistentes que
subestiman nuestro trabajo, como la errónea creencia
de que la zoología es solo un pasatiempo o una aventu-
ra exploratoria, cuando en realidad exige dedicación,
rigor y esfuerzo. Aunque el acceso rápido a información
y la participación en ciencia ciudadana permiten que
cualquier persona se adentre en la zoología, lo que es
un avance positivo en términos de inclusión, también
puede llevar a que esta disciplina no se perciba como
un trabajo normal”, resultando en desestimaciones de
la labor, especialmente de las mujeres en este campo.
La carrera científica es altamente demandante,
exigiendo formación académica, publicaciones, apli-
car a fondos, asistir a congresos, realizar actividades
de docencia y divulgación, además del trabajo de cam-
po, aunque muchas veces de afuera se perciba como
algo que queremos hacer", como si fuese un hobby
autoexigido. La realidad, es que se espera cumplir con
todas las actividades al mismo tiempo, todo el tiempo,
lo que genera una presión constante y desafiante que
va más allá del horario laboral.
En este escenario, poder brindarse a otra actividad
de altísima demanda como la maternidad y/o las tareas
de cuidado, puede volverse difícil. La interrupción o
rezago de las actividades laborales por motivos fami-
liares impacta negativamente en la productividad y la
progresión académica, llevando en ocasiones a la
postergación de proyectos. Aunque este fenómeno
afecta a hombres y mujeres, a menudo recaen sobre
nosotras la mayor parte de las responsabilidades de
cuidado, debido a las expectativas de género tradicio-
nales y al vínculo especial entre la madre y la cría, espe-
cialmente durante la primera infancia. Conciliar la
crianza y el quehacer científico es posible, pero gene-
De izquierda a derecha: Nadia Bou, Mariana Trillo, Carolina Rojas-Buffet y Alexandra Cravino-Mol. Fotografía tomada por
Marcelo Casacuberta.
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3Voces de mujeres en el desarrollo de la zoología moderna
ralmente implica un sobreesfuerzo personal, afectan-
do la disponibilidad de tiempo y la concentración nece-
sarias para rendir adecuadamente. Finalmente, sali-
mos airosas. Y es quizás en parte por esto, porque
igual podemos, que en el colectivo científico aún no se
ha tomado dimensión real de lo poco considerado que
es el sistema. Alcanzar la estabilidad laboral es un reto
para todas y todos, pero los varones tienden a alcanzar
posiciones más altas a una edad más temprana que
las mujeres. Esto no se explica únicamente por la
maternidad y/o por tener personas a cargo, sino que
también es un desafío en quienes deciden no maternar
o hacerlo luego de consolidarse.
Afortunadamente, como sociedad empezamos a
problematizar y avanzar hacia un sistema más conte-
nedor que facilite la doble demanda que experimenta-
mos quienes hacemos ciencia, particularmente las
mujeres, en distintas etapas de nuestras vidas. No sólo
lo mencionado en párrafos anteriores impacta negati-
vamente en el tiempo dedicado a la investigación,
también lo hacen las tareas de “secretaría” que se nos
asignan, como organización de reuniones, logística de
actividades, gestión de presupuestos, participación en
comisiones, coordinación de eventos y tareas de divul-
gación. Si bien esto también aplica a hombres y muje-
res, la carga recae desproporcionadamente sobre
nosotras. A menudo, se nos encomiendan estas tareas
porque se nos atribuyen habilidades organizativas y
comunicativas, lo cual, si bien puede ser cierto, no
justifica la asignación desigual de estas responsabili-
dades. Estas tareas nos alejan del trabajo de campo, la
experimentación y el análisis científico, áreas cruciales
que son consideradas prioritarias al momento de las
evaluaciones a las que estaremos sujetas.
A pesar de estos desafíos, hemos encontrado un
espacio para crecer, avanzar y desarrollar nuestras
carreras. Estos obstáculos no han hecho más que
resaltar nuestra resiliencia y capacidad para abrir nue-
vos caminos, contribuyendo a la zoología desde una
perspectiva única que sigue expandiendo los límites
de lo posible.
Nuestras oportunidades
A lo largo de nuestras trayectorias, hemos encon-
trado oportunidades que nos han permitido crecer y
contribuir al avance de la zoología. Entre las más des-
tacadas están las numerosas iniciativas para promo-
ver la equidad en la ciencia, que han abierto puertas y
contribuyen a derribar barreras históricas. Estas inicia-
tivas no sólo nos han brindado acceso a recursos y
redes de apoyo, sino que también han fortalecido el
reconocimiento de la importancia de la diversidad en la
investigación.
La taxonomía, una disciplina fundamental en la
zoología, atraviesa actualmente un período que afecta
su identidad y reconocimiento. A menudo se percibe
como una ciencia del pasado, en parte debido a la dis-
minución de estudios centrados en la taxonomía clási-
ca y a la creciente escasez de especialistas en el área.
Hoy en día, la taxonomía se entrelaza cada vez más
con disciplinas como la ecología y la genética, lo que
responde a la necesidad de abordar preguntas científi-
cas complejas desde abordajes integrales para res-
ponderlas. Sin embargo, esta tendencia, aunque natu-
ral y necesaria, ha llevado a que se subestime o pase
desapercibida la relevancia intrínseca de la taxonomía,
así como la formación de nuevos expertos en el área.
Además, hemos sentado las bases de nuevas
líneas de investigación, modelos biológicos y metodo-
logías, lo que nos ha permitido explorar áreas históri-
camente desatendidas o poco desarrolladas. Esto no
sólo ha expandido nuestro campo de estudio, sino que
también ha reforzado nuestro papel como pioneras en
nuestras respectivas áreas. A través de estas contribu-
ciones, estamos promoviendo un cambio positivo en la
zoología y abriendo caminos para futuras generacio-
nes, asegurando que la diversidad de enfoques, mode-
los biológicos y conocimientos continúen enriquecien-
do la investigación en zoología en nuestro país.
Nuestra mirada al futuro
El horizonte de la zoología es más alentador que
nunca. La disciplina se está hibridando con múltiples
áreas del conocimiento, lo que posibilita un abordaje
más integral de las complejas problemáticas actuales.
Hoy, las herramientas provenientes de la genética, la
ecología, el comportamiento, la tecnología y la conser-
vación se entrelazan, creando nuevas oportunidades
de investigación que llenan vacíos de información
antes inalcanzables.
Esta sinergia nos permite comprender mejor la
biodiversidad y sus dinámicas y nos sitúa en una
posición única para proponer soluciones a desafíos
globales como el cambio climático, la transformación
del uso del suelo, la pérdida y degradación de hábitats
y la conservación de especies. El futuro de la zoología
es colaborativo, inclusivo y, sobre todo, prometedor,
con equipos con miradas diversas liderando
investigaciones que dejarán un impacto duradero en la
ciencia y en la sociedad.
Conocer a otras mujeres referentes en la zoología
que han logrado consolidarse dentro del área, así
como a las que aún luchan por hacerlo, es una fuente
de inspiración invaluable. Sus diversas experiencias
enriquecen nuestra trayectoria y nos motivan. Ade-
más, el trabajo en equipo, la visibilización de estas
realidades y la generación de espacios de discusión
nos fortalecen y potencian como mujeres.
Rutas diversas, un mismo impulso
A lo largo de nuestras trayectorias, hemos recorrido
caminos diversos, pero compartimos la misma pasión
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CRAVINO-MOL et al.
por la zoología. Cada una ha encontrado su lugar en
este campo, enfrentando desafíos, aprovechando
oportunidades y forjando alianzas, siempre con el
objetivo de contribuir al conocimiento y conservación
de la vida animal. Al compartir nuestras experiencias y
las de otras mujeres zoólogas, buscamos inspirar a las
futuras generaciones a unirse, no solo a la zoología,
sino a cualquier disciplina que despierte su curiosidad
y compromiso.
Es momento de romper con la percepción de que
nuestro trabajo es simplemente un hobby. Ya sea que
trabajemos con cámaras trampa, genética de la
conservación, biología reproductiva de mántidos o
diversidad de miriápodos, lo que hacemos es ciencia
rigurosa y esencial para entender la naturaleza.
Nuestra mayor aspiración es que todas las voces
sean parte integral del desarrollo de la zoología, contri-
buyendo a un campo cada vez más inclusivo, diverso y
enriquecido por nuevas ideas. ¡Que la zoología se
fortalezca con el aporte de otras disciplinas y siga viva!
Agradecemos profundamente a las editoras por
este espacio y a todas las zoólogas que se sumaron en
el detrás de escena al contestar nuestras preguntas.
Esperamos se hayan encontrado en la lectura.
Editoras de Sección:
Anita Aisenberg, Macarena González
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